martes, 28 de julio de 2009

martes, 15 de julio de 2008

Las viejas chismosas censuran todo brote de prosperidad


Las muy célebres y archiconocidas viejas chismosas con una exagerada interpretación de los hechos y con un marcado dramatismo, censuran todo brote de prosperidad por más minúsculo que sea, intercambiando ideas y activando el lado negativo de las cosas, y como se trata de gente con un fuerte potencial de histeria, tratándose de mujeres, un género bastante difícil, muy marcado por la teatralidad y la exaltación, aplicando un razonamiento neurótico, utilizando a terceros; compadres y amistades como instrumentos del chisme, brazos extensores de rumores y telaraña de habladurías.

Aunque hay que aclarar que en la mayoría de los casos son realmente viejas, existe otras no tanto, también las hay en la versión de señora joven paranoica y en la de adolescente mal informada y neurótica, y cada vez con mayor frecuencia. Esto ocurre por el hacinamiento, la tugurización, la desigualdad social, la envidia de género y el evidente odio, sumado al resentimiento y a la fuerte conexión entre la legión de viejas chismosas que incluye; abuelas, comadres, tías, vecinas e hijas, -éstas últimas- al entrometerse desde pequeñas en conversaciones de mayores, se entremezclan, opinan, agregan, inventan, difaman, difunden y como resultado terminan pareciéndose entre sí.
Y esto sucede porque al dedicar varios minutos de su tiempo a criticar, hacer hipótesis, pero sin ningún fundamento científico alguno, solo unas tremendas ganas por hacer escarnio, de abrumar y regodearse, como una especie de compensación, algo natural a éste género que consiste en hacer chismes, (equilibrar la balanza a favor). Involuntariamente son conscientes de sus limitaciones, por tal motivo aplican este razonamiento equilibrando una vez más la balanza, ubicándose siempre en una situación ventajosa: -“¡fulanito así…!”, “¡menganita asá…!”-, como quien da a entender -“¡pero nosotros no…!”-,  semejante mentira. (Recuerden que de leyendas, cuentos y chismes, también está hecha la historia. Como ya se dijo, dentro del razonamiento de las viejas chismosas es evidente, censurar todo brote de prosperidad; material o intelectual, esto último está demostrado a través del tiempo, es lo que más incomodidad y antipatía les genera)
Éstas mujeres chismosas, tienen mil y un métodos de intimidación, son poseedoras de una logística, aunque empírica, pero muy avanzada, con redes de contacto, dominio de procedimientos castrenses para amedrentamientos, para hacer escarnio, es decir, cuando se trata de hostigar, difundir, ponerle color a la historia, levantando la voz, agregándole teatralidad y dramatismo, hacen uso de sofisticados métodos de difusión, gestión, intercambio y trueque, utilizando incluso los más diversos medios de propaganda, porque como el chisme se trasmite de persona a persona, al menudeo, puerta a puerta, mediante un diálogo dramático, permitiendo que llegue a los rincones más recónditos; de norte a sur, de este a oeste. No existe tienda, bodega, restaurante de menú o cantina, así como; padres de familia, maestros, comerciantes, jubilados o amas de casa que no se involucren, es decir, desarrollan todo un plan de acción, crean estereotipos. Porque se trata de grupos con poder, con un convencimiento, teatralidad y una habilidad emocional tan profunda que llega a conmover a cualquiera. Así es, a cualquiera.

Como conclusión, podemos decir, si una o varias grandísimas “viejas chismosas”, menopaúsicas y súper rajonas, realmente viejas, jóvenes o adolescentes, -ya sabemos que terminan pareciéndose entre sí-, histéricas, psicóticas, neuróticas y paranoicas, llega a ti para hablar mal de otra persona, -generalmente ausente-, córtala, no sé como pero fulmínala. Pero compréndela, para ellas, la vida no ha sido favorable, por eso viven resentidas y lo expresan en los chismes.

Blog: “Crónicas desclasificadas” ®

Lima – Perú, 2008


Imágenes: cortesía I.A Bing (Tal cual como se representa)

martes, 17 de junio de 2008

Sobre lunáticas, alcahuetas, neurasténicas e hipocondríacas viejas chismosas

Mi distrito un distrito de contraste, donde un metro más acá o un metro más allá hace la diferencia, usted puede elegir vivir en un sector que considera muy tranquilo y despoblado, sin saber que años después la vivienda colindante a la suya dará posada u hospedaje a un grupo de caprichosas y fustigadoras damas, neurasténicas e hipocondríacas señoras con sensación de malestar, dolor de cabeza o fastidio, viejas chismosas; noveleras, acusonas y delatoras, intermediarias y desacreditadoras, arribistas, alcahuetas y/o lunáticas mujeres, también muy bandidas y malhumoradas señoritas, precoces señoras, aprendices en el arte del chisme y otras más experimentadas, curtidas y hábiles mujeres, veteranas dentro del oficio de la murmuración, la habladuría, el comadreo, la patraña y sobre todo el lío y la intriga, desequilibradas mentales, artistas en generarse cefalea, migraña o jaqueca, atormentando constantemente por asuntos irrisorios, exiguos y triviales cual caldo de cultivo, rumor o enredo, tema de conversación o comidilla canallesca del próximo encuentro de viejas chismosas del fin de semana, pero vaya uno a saber que vil motivaciones tienen, argumento descabellado de comadre doméstica.

Podemos permanecer ignorando por completo muchas veces las sandeces, vilipendios, ultrajes, escarnios e improperios, disparatadas ridiculeces desprovistas de credibilidad que allí las veinticuatro horas del día comadres y consuegras, uña y mugre, melodramática inquilina, adolescente resentida, teatrera vecina, malhabladas entenadas, neuróticas nietas, paranoicas tías y lunáticas sobrinas, avivadas cual villanos hampones y bravucones, comentan y propalan de la manera más vil contra uno y contra cualquiera de los que le rodean. Pero todo esto no hace más que confirmarnos lo que nuestro bien acertado y equilibrado sentido común nos había sugerido: “a veces basta con brillar un poco, un poco nada más”, para ser víctima de las grandísimas viejas chismosas.

Blog: “Crónicas desclasificadas” ®

Lima – Perú, 2007


Imágenes: cortesía I.A Bing (Tal cual como se representa)

martes, 1 de enero de 2008

Sobre alabanciosos padres, presumidos hijos y la pedantería a nivel amical.

Todos en principio creemos merecernos lo mejor y esta bien que así sea, independientemente del grado de egocentrismo que tengamos, manifestación narcisista de un orgullo desmedido, ególatra reacción, pedante comentario, vanidosa actitud, presumida acotación, soberbia postura por un elevado amor propio, arrogante desaire, petulante encomio por un temperamento altanero, exaltada inmodestia, huachafa ornamentación, absurda glorificación, ensalzamiento exagerado de la belleza propia, aspecto corporal, cuantía material, capacidad, nombre, grado, exclusivo y aristocrático, poco común, compuesto o foráneo apellido de linaje colonial ibérico, ítalo, franco o celta, torpeza social que fuera de los muchos complejos que tengamos, incluso de la marcada inclinación irritable que experimentan algunas personas en situaciones límite, todo esto sigue un único patrón de conducta, aquel fuerte afán de figuración, furor o arrebato, haciendo referencia a las diferentes muestras de superioridad (por estar el la supremacía social), en la cresta de la ola, clasista diferenciación. Acaso haya notado esta actitud en personas que de continuo se jactan, pues si.

Parece no funcionar la diplomacia llevada al nivel amical, los inoportunos y entonados comentarios tan rimbombantes y pomposos en inadecuados momentos, como desesperadamente contarlo todo en un segundo, que pretenden alejarse de las convenciones sociales que deberían restringir estas actitudes por escaparse de todo protocolo, me refiero a la exagerada presentación pública, que sumado al temperamento histriónico, es decir, recargado, que algunos tienen al momento de manifestar su ubicación social, condición académica o posición económica, pero primero asegurándose una gran tribuna con un alto podio, dejando un indicio de aquella reacción de alucinarse estar muy por encima de los demás ninguneando y metiendo a todos en un  mismo saco, pues de alguna manera estas actitudes de hacen notar saliendo a flote los denominados actos fallidos, o sea, lo que muy en el fondo se pensó pero no se quiso decir pero se dijo.

Esto alude desde las petulantes acotaciones de algunos padres hacia sus hijos, pasando por fingidas posturas hacia los mismos que como es de costumbre pareciera que estamos obligados a cederles el paso y rendirles pleitesía, es que claro, son los hijos o hijas de esas madres alabanciosas, aunque para muchos de trataría de intrascendentes  manifestaciones de personas fatuas que se sienten favorecidas con estas condiciones adquiridas, como cual madre presurosa a que su hija sea reconocida por esos cinco minutos de fama al descargar majestuosas e increíbles hazañas: "mis hijas son todas unas se-ño-ri-tas", aunque juzguemos con conocimiento de causa lo contradictorio de tal afirmación, o del padre muy entrometido, proveyéndose entre babas ostentosos comentarios con sus diversas variantes hacia sus hijos: "mi hijito es supermán", "mis hijos y hasta sus piojos, pulgas y garrapatas son todos unos pro-fe-si-o-na-les", o su contraparte los padres vulgares y chabacanos, con argumentos grotescos. Sin dejar atrás a los otros que con postura soberbia de niños presumidos que pretenden ser de algún modo los figurettis, acompañados de toda esa parafernalia fabricada por ellos mismos y ni que decir de las vanidosas hijas con pretenciosos gustos y ridículas posturas, que por considerarse nuevas niñas ricas, exageran su acento de voz de limeñíiiiiiisimas: "...pucha, o sea, manyas, alucíiiiiina", vanagloriándose por lo que les toca, alardeando su suerte cual encopetados personajes que terminan siendo insignificantes fanfarrones con superfluas ambiciones, los que tuvieron la suerte de contar con el apoyo en su momento de una holgada fortuna, para esto hay que recordar y tener muy presente, como un tema aparte que, los que menos tienen, son los que más gastos hacen en proporción a sus ingresos y esto debido a que con un bajo salario, pretenden alcanzar estándares de calidad de vida verdaderamente altos, sutiles arribistas que aprovechan eventualidades para hacerse notar, que distan mucho de los hombres austeros, sabios, sensatos, sobrios y de verdadera estirpe, pero el tamizaje social se encargará de juzgarlos como si se tratara de un acto natural, donde todo cae por su propio peso. 

Aunque no pretendo ser mezquino con los que de manera prudente y como quién no quiere, casi forzados a nuestro interrogatorio, tenemos que sacarles de a pocos sus triunfos y virtudes, logros que parecieran quedar en el olvido, hombres sensatos de temperamento ecuánime y de mujeres sencillas dignas de todo aprecio y admiración.

Blog: “Crónicas desclasificadas” ®

Lima – Perú, 2008



miércoles, 31 de enero de 2007

Presentación del blog:

Debo advertir que lo publicado en este blog (texto) corresponde no en parte, sino en su totalidad a mi autoría, depositando la mejor de las intenciones en cada uno de los relatos, dejando en claro que nunca publicaré adjetivos calificativos negativos que no correspondan a la realidad, hidalguía y al honor de las buenas personas, haciendo mención que habiendo casos donde pudiendo exaltar los ánimos, el tono o la expresión, será porque en realidad se lo merecen.

Por otro lado, a las críticas, por si las tuviera, puesto que no a todos se les puede hacer caso ni prestar la atención por igual, las tomo según las procedencias y las circunstancias, siempre evaluando "el peso social" y "la catadura moral" de los individuos involucrados, así como también "la salud mental" de los mismos, factor importantísimo en el filtro o cotejo de información.

Además, por si se diera el caso de no poder dejar a todos contentos, hay que tener correa y no tomárselo a pecho. En cuanto a mi condición lo dejo al beneficio de la duda, pero no me subordino ni a los de arriba, ni a los de abajo, ni a los de izquierda, ni a los de derecha, sólo quiero romper esos paradigmas de encasillar a algunos por su favorable condición al sitial de una celebridad y no estar sometido nunca más a realizar una inclinación con reverencia y punto.


Blog: “Crónicas desclasificadas” ®

Lima – Perú, 2007